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Los beneficios de compartir maquinaria en pequeñas explotaciones
Compartir maquinaria se ha convertido en una solución muy interesante para que los agricultores maximicen la producción de sus cultivos, ahorren y reduzcan costes y tengan la oportunidad de crear sinergias y colaboraciones con otros trabajadores.
La maquinaria agrícola es uno de los grandes avances en la agricultura, no solo porque optimiza los tiempos, sino porque maximiza la producción. Sin embargo, supone uno de los costes más elevados a los que debe hacer frente un agricultor. Para reducir estos, existen alternativas cada vez más populares, sobre todo en pequeñas explotaciones agrícolas, como el uso compartido de maquinaria.
La aplicación de la economía colaborativa a la maquinaria agrícola tiene muchos beneficios:
- La reducción de costes. Compartir maquinaria agrícola trae una ventaja evidente: al estar hablando de equipos que suelen acarrear un desembolso económico elevado, los pequeños agricultores pueden ver sus necesidades cubiertas si colaboran. La inversión inicial será menor, así como otros gastos como los de reparación o mantenimiento.
- Acceso a máquinas especializadas. Al reducirse los costes, los productores pueden acceder a maquinaria más especializada cuyos precios, en principio, serían muy elevados para un solo agricultor. Igualmente, como el pago se reparte, hay mayor flexibilidad para renovar los equipos y acceder a maquinaria de última generación.
- Utilizar la maquinaria únicamente cuando se necesite. Compartir la maquinaria permitirá que el agricultor la utilice solo cuando sea necesario, evitando periodos de inactividad.
- Fórmulas alternativas de cooperación. Los modelos de colaboración no tienen que pasar sólo por regímenes de copropiedad y de adquisición conjunta. Hay alternativas como los contratos de leasing, que son arrendamientos de maquinaria con opción a compra. Otra opción es que los agricultores alquilen sus propios equipos a otros productores para amortizar los gastos de compra. En esta línea, en Francia, destacan iniciativas de agricultura colaborativa denominada cofarming como WeFarmUp, una plataforma de alquiler de maquinaria entre pequeños agricultores que permite que los equipos se aprovechen en tiempos vacíos de cosecha. En España también hay pequeñas iniciativas similares como la de la Associació Producció Agrària Ecològica Mallorca, que promueve a través de su plataforma un proyecto de maquinaria y herramientas compartidas entre productores de la zona.
- Otros descuentos derivados. La obtención conjunta de maquinaria puede llevar a otras colaboraciones como la compra de recursos y productos que, por cantidad de volumen adquirida, derive en ciertos descuentos. Así, mediante cooperativas, se puede organizar la compra conjunta de semillas, fertilizantes, abonos y productos fitosanitarios, entre otros. Estas colaboraciones pueden ahorrar también tiempo y esfuerzos de gestión a los agricultores que, de forma individual, siempre se enfrentan a muchas labores de organización y aprovisionamiento.
- Compartir experiencias más allá de los gastos. Este proyecto conjunto abre la posibilidad de que los agricultores compartan experiencias e ideas que puedan llevarlos a otro tipo de acuerdos de colaboración, como de mano de obra o de terrenos de cultivos. Asimismo, se crea también una red de soporte y apoyo ante eventualidades que van más allá de la maquinaria.
¿Qué debemos tener en cuenta si queremos compartir maquinaria?
Definir bien el acuerdo de colaboración resulta fundamental para que nadie resulte perjudicado y la colaboración sea realmente ventajosa para todas las partes. En ese acuerdo se deberán incluir cuestiones como
- El calendario de uso en función de las cosechas
- El número máximo de hectáreas por horas
- Cálculo de gastos (compra, seguros, transporte)
- Distribución del gasto ante posibles contingencias (reparaciones o mantenimiento)
- Lugar en el cual se guardará la maquinaria
- Rol mediador para la resolución de conflictos
- Sistema de sanciones o penalizaciones en el acuerdo de colaboración
Pero, más allá de los costes comunes, la rentabilidad del uso compartido de maquinaria dependerá exclusivamente de una correcta coordinación entre los contratantes. Sólo así, los beneficios serán más que evidentes para los pequeños productores.