El algodón es el cultivo más importante en obtención de fibra textil, además también se obtienen aceites que se usan en alimentación humana y animal. Su cultivo se extiende por todo el mundo. Siendo la India el principal productor seguido por China y EE.UU.
En España, desde los últimos 10 años, la superficie se ha mantenido estable alrededor de las 60.000 has. Estas se encuentran casi en exclusiva en Andalucía. Aportamos el 22% de la superficie de algodón de la Unión Europea, detrás de Grecia, que lidera el cultivo con una gran diferencia. El algodón producido en España se destina, principalmente, a la exportación.
Necesidades climáticas
El algodón es un cultivo sensible a las heladas y su desarrollo es muy susceptible a temperaturas extremas y excesivos vientos. Para asegurar una buena germinación, las temperaturas deben estar entre los 18 y 30°C. Por otra parte, cuanto mayor sea la temperatura del suelo mejor será el resultado de la siembra.
En cuanto a las precipitaciones, el mes anterior a la floración es el periodo más sensible a las sequias, por lo que será importante ajustar las dosis de riego. Sin embargo, durante la floración y la polinización un exceso de lluvias puede llegar a reducir la calidad de las fibras. En este cultivo la duración del día influye en la floración, siendo preferibles los días cortos.
El algodón tolera bien los suelos salinos. Aunque no es el caso con suelos ácidos o densos, que limitan la penetración de raíces. El rango de pH óptimo para el cultivo se encuentra entre 5,5 y 8.
Se requieren suelos profundos que tengan una buena retención de agua, siendo la textura arcillosa la más favorable. De esta manera se asegura que se mantiene la humedad durante todo el ciclo del cultivo.
Manejo de malas hierbas, plagas y enfermedades
Un buen control de las malas hierbas es crucial para sacar un buen rendimiento del cultivo, no solo por obtener una mayor producción, sino también por reducir al máximo las impurezas en cosecha. Gramíneas anuales y perennes, Amaranthus spp. (Bledo), Chenopodium album (Cenizo), Solanum nigrum (Tomatito), Xanthium strumarium (Cahillo), Centaurea cyanus (Azulejo), Polygonum spp. (Poligonáceas), Sinapis / Raphanus / Diplotaxis (Jaramagos) y otras hierbas de hoja ancha suelen ser las más comunes. Para un control eficaz y sostenible de las malas hierbas es importante y necesario hacer un uso adecuado de las materias activas actualmente disponibles en el mercado. Para ello, alternar el uso de herbicidas con modos de acción diferentes, así como establecer programas de control que garanticen tanto la eficacia como la gestión de malas hierbas resistentes. Actualmente ROKENYL® 50 junto con Fluometurón y Pendimentalina son los productos de referencia en la gestión de malas hierbas en el cultivo del algodón.