La patata (solanum tuberosum) es una planta anual, cuyo tallo alcanza el metro de altura presentando flores y bayas con semillas. Con el mismo nombre, conocemos al tubérculo comestible. Existen muchas clases, diferenciadas frecuentemente por el color de su piel y el tono de su carne. Se cultivan patatas para consumo fresco y también patatas llamadas “de siembra” destinadas a las plantaciones de la siguiente campaña.
En la UE27 se cultiva el 14% de la producción mundial de patata. España supone un 0,6% de la misma, según los datos de la FAO. En 2020 se contabilizaron mundialmente 359,1 millones de toneladas de este tubérculo, cuyo cultivo se extiende por prácticamente todas las regiones templadas del planeta. China es el principal productor mundial anotándose más de 78 millones de toneladas en 2020, últimos datos disponibles en FAOstat, seguido por la India que supera los 51 millones de toneladas.
En 2020 los campos europeos se recolectaron 55,3 millones de toneladas, siendo Alemania el país origen de casi un 22% de todas ellas, con 11,7 millones de toneladas. Polonia, Francia y Países Bajos completan la nómina de mayores productores comunitarios según Eurostat, recopilados en cada país por los respectivos ministerios de agricultura. Cinco países miembros de la UE concentran más del 71% de la producción de patata en la UE: Bélgica, Alemania, Francia, Países Bajos y Polonia. En los últimos años, Grecia ha escalado posiciones en el ranking de países productores. El destino principal de esta producción es el mercado intercomunitario, siendo Francia, Alemania y Holanda los principales suministradores, mientras que las exportaciones llegan principalmente a Reino Unido, Egipto y Argelia.
Caracterización de la producción: superficie y manejo
La explotación media en los países europeos es muy variable, mientras que, en países como Polonia, está rozando la hectárea, el tamaño medio de los campos destinados a patatas en Dinamarca es de 26 hectáreas y algo inferior, 16, en Países Bajos. Un 1,7% de todas las tierras arables europeas están destinadas al cultivo de la patata, correspondiendo a 1,7 millones de hectáreas. En Países Bajos, por ejemplo, su cultivo alcanza al 16% de todas las tierras de uso agrícola.
La patata ecológica supone un segmento bastante pequeño de toda la producción europea, solo en algunos países, como Austria tienen un peso considerable, constituyendo una de cada cinco explotaciones agrícolas productoras de patatas. Según apunta la organización europea Europatat, que agrupa a los principales productores, todavía no se detecta un incremento significativo del interés del consumidor por este producto.
Disminución de producción por el clima
En los últimos veinte años, la producción europea de patata ha caído considerablemente según se desprende de los datos de Eurostat, hasta un 27% de la cosecha anual. Polonia es el país en el que ha sido más brusco este descenso, superando el 70% de caída, seguido por Rumanía con un 40% menos de producción. Las fluctuaciones anuales se han visto acentuadas por el cambio climático que ha propiciado sequía y temperaturas inusuales.
En el mercado se encuentran variedades de patatas resistentes a las principales amenazas como las plagas de Phytophthora infenstans. Al mismo tiempo se están revisando las directivas europeas para luchar de un modo respetuoso con el medio ambiente contra patógenos como Clavibacter sepedonicus, Ralstonia, synchytrium o Globodera que merman las cosechas.Un grupo de estudio europeo está desarrollando el programa ADAPT (Accelerated development of multiple-estress tolerant potato) mediante el cual se están testando variedades de patatas con alta tolerancia al estrés hídrico, de cara a garantizar las cosechas incluso en los cada vez más frecuentes escenarios de sequía.
El cultivo de la patata en España
España encadena una década de disminuciones en la producción de patata, alcanzando en 2021 una producción de 2,4 millones de toneladas según datos del Anuario de estadística y Avances de superficies y producciones del MAPA.
La diferencia de climas hace de España un interesante productor en el mercado de la patata, pudiéndose disponer de patata nacional prácticamente durante todo el año. La patata extratemprana, cultivada en Canarias y Andalucía se comercializa desde mediados de enero a mediados de abril, cuando da paso a la patata temprana cultivada también en Andalucía y en la Comunidad de Murcia y que se ofrece hasta mediados de junio. El verano se encara principalmente con la patata de media estación, que procede fundamentalmente de Galicia y Castilla León. A mediados de septiembre es esta última comunidad la que domina el mercado nacional con la patata tardía. El 77% de la producción nacional se concentra en cuatro comunidades autónomas: Castilla León, Galicia, Andalucía y Región de Murcia.
Según el Anuario de estadística y Avances de superficies y producciones del MAPA, las patatas que reciben aporte hídrico, llamadas de regadío, suponen más de las tres cuartas partes de todas las cultivadas en España, Galicia es la gran excepción favorecida por su clima húmedo, donde la mayoría de sus patatas crecen en secano.
España importa muchas más patatas de las que vende a otros países, el valor de las importaciones duplica al de las exportaciones que llegan principalmente de productores vecinos. Se da la circunstancia, por ejemplo, que ocho de cada diez patatas que llegan del exterior a España, proceden de Francia.
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