Aumento de la fertilidad del suelo mediante cultivos de cobertura
Para decidir qué tipo de cubierta vamos a elegir para nuestro cultivo, es necesario conocer las características físicas, químicas y biológicas de nuestro suelo y conocer las necesidades del mismo. Analizamos en este artículo cuál es la mejor opción.
Mantener el suelo de nuestra explotación agrícola protegido con distintos materiales de cobertura nos ayudará a reducir la erosión, el lavado y la degradación de nuestro suelo, además de permitirnos mejorar sus características físicas, químicas y biológicas.
TIPOS DE CUBIERTAS
Todas las cubiertas tienen en común la función de protección del suelo, pero en la mayoría de los casos podemos obtener muchos más beneficios de nuestra cobertura. Según el objetivo que busquemos para mejorar la rentabilidad de nuestro cultivo cada agricultor tendrá que decantarse por un tipo de cubierta u otro.
Existen cubiertas naturales y artificiales, entre las artificiales las más habituales son las cubiertas plásticas que, aunque protegen el suelo de la degradación eólica mientras están implantadas, pueden generar residuos; y cubiertas naturales, mucho más adecuadas y cuyos residuos son siempre beneficiosos para el suelo.
Las cubiertas naturales principalmente son de dos tipos: inertes o vivas. Las inertes suelen estar constituidas por restos de poda y subproductos agrarios como la paja. En su caso las vivas pueden ser de vegetación arvense, es decir formadas por las llamadas malas hierbas, o cubiertas vegetales cultivadas.
Por su extensión y desarrollo y por la capacidad de control que permiten al agricultor nos centraremos en los cultivos de cobertura, aunque la única gran diferencia es la elección de las especies.
Dentro de las cubiertas vegetales vivas, encontramos tres tipos:
VENTAJAS DE LAS CUBIERTAS
INCONVENIENTES DE LAS CUBIERTAS
Para lograr todos estos beneficios en nuestra explotación es necesario un manejo adecuado de nuestra cubierta. Si no llevamos a cabo un manejo adecuado o elegimos de forma incorrecta nuestra cobertura podemos tener una serie de inconvenientes:
QUÉ COBERTURA ELEGIR
Para poder elegir la cubierta más adecuada para nuestra explotación es imprescindible saber las características físicas, químicas y biológicas de nuestro suelo, y conocer las necesidades del mismo.
Sabemos qué cualquier cubierta que seleccionemos va a proteger nuestro suelo frente a la degradación y la desertización.
Destacan las cubiertas naturales ya que además consiguen mejorar las propiedades de nuestro suelo.
Encontramos cubiertas realizadas con restos de poda, y subproductos agrarios que mediante su degradación consiguen un incremento de la materia orgánica del suelo. Se suelen utilizar los restos del propio cultivo de forma que se devuelve al suelo parte de lo que se ha extraído durante la fase de cultivo.
En su caso, los cultivos de cobertura o coberturas vegetales mejoran la estructura del suelo mediante el desarrollo de sus raíces, y garantizan un aporte de nutrientes por fijación del cultivo y con la incorporación del material vegetal. Habitualmente se emplean leguminosas, ya que debido a su capacidad para fijar nitrógeno son una de las mejores opciones para mejorar la fertilidad del suelo.
La mejor opción, siempre que podamos permitírnoslo, será una cubierta vegetal viva. Existen casi tantas opciones como especies vegetales, o más si tenemos en cuenta la mezcla de distintas especies, pero tenemos que tener una serie de claves en cuenta antes de realizar la implantación de la cubierta:
Elegiremos una cubierta vegetal que no compita con nuestro cultivo, sea por la diferencia de profundidad del sistema radicular de ambos, o por el ciclo de desarrollo.
Intentaremos optar por cubiertas poco exigentes en recursos.
En suelos con riesgo de contaminación por nitratos no pondremos nunca cubiertas con leguminosas, sino que por el contrario podemos decantarnos por una cubierta exigente en este elemento.
En suelos pobres en nitrógeno, y con poca materia orgánica incluiremos siempre en nuestra cobertura especies de leguminosas.
Tendremos en cuenta la profundidad radicular de las especies candidatas según la profundidad de nuestros horizontes o del riesgo de degradación de nuestro suelo.
Un análisis completo de nuestro suelo, y una breve charla con nuestro asesor cualificado nos permitirá elegir la mejor opción para nuestra explotación.
IMPLANTACIÓN DE LA CUBIERTA
Una vez elegida la cubierta de acuerdo a las características actuales de nuestro suelo y a las que deseamos conseguir, y teniendo en cuenta los requerimientos de nuestro cultivo, la implantación de la cubierta es sencilla.
Realizaremos la siembra según las necesidades de la especie o especies elegidas. Es preferible utilizar el sistema de siembra directa, evitando un volteo excesivo del suelo.
TIPS Y CLAVES DE MANEJO DE LAS COBERTURAS MÁS USUALES
En España abundan los suelos pobres con riesgo de desertización por lo que habitualmente las cubiertas vegetales cultivadas suelen estar compuestas por una mezcla de leguminosas. Además, se suelen elegir leguminosas con poco porte, que no generan excesivos residuos, por lo que no suele ser necesario un laboreo con volteo para incorporarlas al suelo, sino que se pueden dejar como acolchado sobre el mismo. Con frecuencia, especialmente en el caso de leñosos se suelen poner en las calles, pero dejando la línea entre plantas sin cubierta.
Lo más importante para poder obtener el máximo provecho de nuestra cubierta, y beneficiarnos de todas sus ventajas sin ver perjudicada la rentabilidad de la explotación, es:
Sin duda, contar con un asesor especializado e información de calidad es clave para que nuestro cultivo de cobertura nos permita obtener los máximos beneficios posibles y evitar todos los riesgos que puedan diezmar la rentabilidad de la explotación.