El gran reto de la sequía
Mario Picazo, meteorólogo de eltiempo.es y Miembro de la Comisión Interministerial para el Cambio Climático y la Transición Energética del MITECO, comenzó enmarcando el gran desafío climático al que se enfrenta el campo español:
“Llevamos dos años consecutivos con el problema extremo del agua. Además, estamos energizando el planeta porque estamos consumiendo combustibles fósiles de manera frenética y esto está haciendo que muchas cosas hayan cambiado, como la circulación de la atmósfera, con unas corrientes en chorro que hacen que los periodos de intensas temperaturas y sequías sean más frecuentes y prolongados. Todo ello son ingredientes muy desfavorables para un sector muy vulnerable como la agricultura, más en España por su situación geográfica. Asimismo, Picazo sostuvo que “el clima tiene una extremidad que no tenía antes y esto también es algo a entender y valorar. Nosotros somos los que tenemos que adaptarnos a él y será fundamental buscar soluciones que sean palpables, como la conservación del suelo y la digitalización”.
Nuevas técnicas de edición genética y el suelo como “el gran olvidado”
En el contexto de la reciente propuesta de la Comisión de Europa de regular las técnicas de edición genética, Ricardo Serra, Vicepresidente de ASAJA Nacional; comenzó afirmando que "la edición genética, ha abierto la luz para ir por el buen camino. Ante la situación climática necesitamos cultivos que puedan adaptarse de manera más rápida a las nuevas realidades. Gracias a esta regulación se puede cambiar perspectiva”.
Otro de los puntos clave en el actual contexto regulatorio es la importancia de contar con suelos sanos en la Unión Europea (UE) de aquí a 2050. Sobre ello, los participantes coincidieron en que el suelo ha sido el gran olvidado desde hace tiempo y que tiene un potencial muy grande para cumplir con los objetivos de sostenibilidad.
Manuel Melgarejo, Presidente de Corteva Agriscience para Iberia, remarcó que “es importante recordar que el suelo es el origen de cualquier producción agrícola, da igual que sea herbácea o leñosa, y es lo primero que debemos cuidar: aportarle los nutrientes y el agua y, sobre todo, potenciar el bioma que es un elemento fundamental desde el que maximizar la productividad y minimizar el impacto”.