Las nuevas tecnologías han llegado también al sector primario a través del uso de aeronaves no tripuladas, conocidas como drones, unos aparatos que facilitan la vigilancia de los cultivos y, por tanto, mejoran su eficiencia.
El crecimiento de la población mundial, la escasez en aumento de mano de obra y superficie cultivable, así como, los requisitos ambientales de sostenibilidad y seguridad alimentaria, han desencadenado un gran avance en la robotización agrícola, concretamente en el uso de la tecnología de drones.
La imposibilidad de importar mano de obra debido a la pandemia mundial de 2020 ha dejado claro que nuestro país no cuenta con trabajadores eventuales y mucho menos con un relevo generacional en las explotaciones. Por otra parte, el modelo actual de producción de cultivos ya no tiene mucho margen y cada vez son mayores los costes de maquinaria debido a la tendencia sufrida en los últimos años en la que se ha optado por diseños de maquinaria de mayor tamaño para poder abarcar mayores superficies, con lo cual, estamos en un punto en el que la agricultura de precisión ya es de mediana edad, pero aún no ha dado sus primeros pasos en firme.
Numerosos estudios se centran en evaluar la viabilidad de nuevas tecnologías y fomentan la digitalización en la agricultura y la alimentación a través de la investigación y el apoyo de políticas que incluyen ciencia de datos, modelado, monitoreo y actividades en campo que prueben estas innovaciones. El Dr. Sander Janssen afirma que la digitalización en la agricultura ofrece un enorme potencial sin explotar para sistemas alimentarios más inteligentes, utilizando los recursos de manera más eficiente para ayudar a satisfacer la demanda mientras se minimiza el impacto ambiental.
Es evidente que existe una constante necesidad de ser más eficiente y eficaz en las tareas agrícolas. Los drones, por su flexibilidad, capacidad y precio reducido, se han convertido en la plataforma aérea más popular y la que más se está utilizando en explotaciones tecnificadas.
Actualidad de los drones como herramienta digital
La tecnología ha avanzado en estos últimos años provocando que nos encontremos actualmente ante equipos con una configuración más robusta capaces de elevar mayor carga útil. Presentan una gran versatilidad que les permite adoptar nuevos elementos que van desde cámaras hiperespectrales hasta sistemas de pulverización de productos químicos. La nueva generación de baterías ofrece mayor autonomía que permite la monitorización de grandes extensiones con un único plan de vuelo.
Detección remota de variabilidad
Los drones se utilizan para capturar imágenes del cultivo a lo largo de todo su desarrollo. Esta monitorización basada en imágenes aéreas tiene su base en el análisis de datos, a través de sistemas integrados de gestión, que permita realizar toma de decisiones de manejo desde la siembra hasta la cosecha. De esta forma, los agricultores pueden reaccionar con antelación ante anomalías y tomar las medidas adecuadas. La incorporación de nuevos datos por campaña permite la medición de variabilidad intra e interparcelaria quedando establecidas de este modo la variabilidad espacial y temporal. El conocimiento del propio cultivo y sus rotaciones, el tipo de suelo, los datos de rendimiento y el manejo del riego son las principales variables mediante las que se establecen las diferentes zonas de manejo diferenciadas que permiten la reducción de costes de producción y la optimización de la aplicación de inputs que permita minimizar el impacto ambiental.
Resolución de la monitorización
El tipo de resolución es fundamental para poder hacer uso de todo el potencial de las imágenes. Los datos recibidos de plataformas satelitales siguen mejorando, pero nunca podrán superar en resolución a los datos aportados por imágenes tomadas a pocos metros del cultivo.
El uso de drones permite una monitorización en el momento necesario independientemente del contenido de nubes en la atmósfera, entre otros factores que afectan a la toma de imágenes por satélite. El dron es un reemplazo preciso y rentable. A día de hoy, la precisión en agricultura viene de la mano de una alta resolución y una alta velocidad de reacción ya que evidentemente las imágenes son tan buenas como buenos sean los pasos que siguen. El procesamiento de imágenes de alta calidad se ha reducido gracias a nuevas soluciones de software que permiten tomar decisiones en tiempo real.
La adopción de drones
El uso de drones en la agricultura ha crecido considerablemente en los últimos años como parte de un enfoque eficaz de la gestión sostenible. El monitoreo de cultivos se ha facilitado mediante el uso de esta tecnología para planificar y realizar mejoras continuas. Los datos que aportan las imágenes tomadas con dron junto a otros datos de análisis integrados en un sistema de análisis y evaluación de los datos permiten:
Antes de la inversión
Una vez que se ha decidido emplear drones en la gestión se debe tener en cuenta las necesidades específicas de la explotación antes de la adquisición del equipo. Además, se debe considerar la necesidad de capacitar al equipo para el uso de la nueva herramienta digital.
Legislación y otros inconvenientes
El grado de implantación del uso de drones en la agricultura es relativamente bajo considerando su potencial y esto es debido en gran medida a las limitaciones legislativas que existen sobre su uso. La legislación evoluciona continuamente pero no está armonizada en todo el mundo. Dado que las regulaciones varían por regiones es necesario elegir el modelo compatible, garantizar que tenga la certificación correcta y volar de acuerdo con las directrices y estándares de seguridad y reglamentación.
Una actividad agrícola que requiere de un cambio de normativa es la aplicación variable y localizada. Las aplicaciones de fitosanitarios de precisión empleando drones son necesarias para minimizar el impacto en el medio ambiente, así como la exposición del operario. El marco normativo aún considera este tipo de gestión como aplicación aérea, siendo esto motivo de estudio por parte de muchos grupos de investigación. Este tipo de aplicaciones son muy frecuentes en países con sistemas de cultivo poco accesibles o en terrazas, situaciones que se dan en el sudeste asiático. A nivel nacional y europeo, se busca un cambio normativo para poder equiparar este tipo de actuaciones a las terrestres de precisión, desbloqueando de este modo un tipo de aplicación de bajo riesgo y de alta efectividad que permiten los drones.