Evolución sectorial y perspectiva de futuro del cultivo del girasol
Artículo escrito por el periodista agroalimentario Isidoro Campos
Artículo escrito por el periodista agroalimentario Isidoro Campos
Hace diez años, la sequía que padeció gran parte de España redujo un 25% la producción de girasol, que en la campaña de 2013 había logrado una cifra de 1.029.000 toneladas. La superficie de esta oleaginosa sembrada en nuestro país en 2023 ascendió a 778.259 hectáreas, situándose en niveles similares a los de 2014.
Los datos de la Asociación Española del Girasol (AEG) revelan que el balance de la última campaña no ha sido bueno porque los rendimientos en algunas zonas apenas dan para cubrir los costes de producción. Los resultados fueron desiguales dependiendo de la zona geográfica y del momento de la siembra: mientras que en Andalucía la cosecha suele concluir a finales de agosto, en el resto del país puede prolongarse hasta el mes de noviembre; y la elección idónea de las fechas de siembra puede resultar determinante para obtener un mayor rendimiento.
La elección idónea de las fechas de siembra puede resultar determinante para obtener un mayor rendimiento
En un acto celebrado el pasado mes de febrero en Cuenca ante unos 250 agricultores, la responsable de Oleaginosas de Corteva Agriscience, Elena Catalina, puso sobre la mesa las ventajas que suponen la siembra temprana del girasol, un consejo que cuenta con el aval de diferentes estudios de centros oficiales de varias comunidades autónomas. En su opinión, además es necesario disponer de las herramientas más avanzadas, un buen asesoramiento técnico y una actualización de las prácticas culturales a las necesidades que impone la coyuntura actual, marcada por el desafío climático y la inestabilidad de los mercados internacionales.
Las palabras de Elena Catalina tuvieron lugar en un contexto determinado, Cuenca, que es la provincia con mayor superficie sembrada de girasol de España –unas 130.000 hectáreas y 100.000 toneladas anuales que representan casi un 13% de la producción nacional-, pero son aplicables al resto de zonas cultivadas de nuestro país.
El girasol es el principal cultivo de oleaginosas en España, con un porcentaje en superficie cercano al 90%, seguido de la colza, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). La principal productora de oleaginosas es Castilla y León, seguida de Andalucía.
El girasol es el principal cultivo de oleaginosas en España, con un porcentaje en superficie cercano al 90%, seguido de la colza
En 2023 se sembraron en Castilla y León 365.869 hectáreas de girasol, una comunidad autónoma en la que los rendimientos fueron muy superiores a los de la campaña anterior, con incrementos superiores al 52 por ciento que alcanzaron una producción de 475.229 toneladas -un 43,9% más que en 2022-. Las condiciones climatológicas adversas y las dudas respecto al cumplimiento de objetivos de la nueva Política Agraria Comunitaria (PAC) motivaron a los agricultores a incrementar la superficie de siembra.
Hay que tener en cuenta que el girasol es el cultivo de menor coste fijo por hectárea en la rotación con el cereal, pero su rentabilidad está condicionada por una fuerte volatilidad en los precios debido, entre otros factores, a la incertidumbre que generan factores como la guerra en Ucrania o el cambio climático, relacionado con la escasez de lluvias en España.
Actualmente, el girasol se ha convertido en un cultivo fundamental en las rotaciones con cereal en España, y su superficie se ha estabilizado en torno a las 800.000 hectáreas cultivadas cada año.
El girasol es también un cultivo industrial. Las primeras estimaciones de superficie para la campaña 2024-2025 muestran, para el girasol y la colza, ligeros descensos respecto a la campaña 2023, y aumentos del 6,7 % y del 16,3 % respectivamente, en relación con la media de las últimas cinco campañas, según el MAPA.
La AEG sostiene que la mayor disponibilidad de girasol y colza a nivel mundial, junto a la desaceleración económica, garantizan el suministro en un contexto social y político que no espera grandes cambios a medio plazo. Por el contrario, hay otros factores que pueden influir en el sector, como la necesidad de una mayor extracción de girasol por parte de las multinacionales, la evolución de la guerra en Ucrania o el precio del petróleo, actualmente al alza.
La cotización del aceite de girasol está sometida a los precios internacionales, a diferencia de la del aceite de oliva, que España establece dependiendo de su oferta por ser el mayor productor mundial. A nivel global, el de girasol es el cuarto aceite más consumido, con una participación del 9 % de la producción mundial, por detrás de los de palma, soja y colza.
Las previsiones del Consejo Internacional de Cereales (CIG) apuntan a un incremento de la producción mundial de semillas de girasol en la campaña 2023/24, un aumento que también se advierte en la Unión Europea.
En los últimos meses, las ventas del aceite de girasol superan ampliamente a las del oliva y oliva virgen
Los últimos datos de la Asociacion Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac) dados a conocer el pasado mes de marzo permiten constatar que se ha consolidado un cambio de tendencia en los hábitos de consumo de los españoles, circunstancia que tiene su explicación en el elevado precio del aceite de oliva. Como ya venía sucediendo en los últimos meses, las ventas del aceite de girasol superan ampliamente a las del oliva y oliva virgen.
Los datos de la patronal de la industria oleícola revelan que las ventas de aceites envasados en marzo de 2024 se situaron en 53,1 millones de litros, de los que 16,2 millones correspondieron a aceite de oliva y oliva virgen; 2,8 millones a orujo de oliva; y 33,9 millones a aceites refinados de semillas oleaginosas; de ellos, 30,03 millones corresponden a aceite de girasol y 3,4 millones de mezcla de semillas.
Periodista Agroalimentario
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