Es el momento de marcar la diferencia y asumir un papel protagonista en materia de sostenibilidad hídrica y en La finca La Atalaya, en Coria del Río, Sevilla, lo tienen claro. La Atalaya se ha convertido en un ejemplo de buenas prácticas en materia de eficiencia en el uso de recursos hídricos logrando optimizar el uso del agua y minimizar las pérdidas. En este artículo conocemos más sobre su modelo de riego eficiente mediante la implementación de tecnologías avanzadas, como sensores de humedad y sistemas de riego inteligentes.
La gestión del agua es un tema crucial en la agricultura, especialmente en un contexto de cambio climático y de escasez de recursos hídricos. La sequía es una situación que afecta a muchas regiones del mundo. La falta de lluvia y las altas temperaturas son un problema para los cultivos y los recursos hídricos. Sin embargo, existen soluciones y estrategias para hacer frente a esta situación y garantizar un uso eficiente y sostenible del agua.
Uno de los casos más inspiradores es el de Nicolás Álvarez que ha logrado optimizar el uso del agua en la finca La Atalaya, una explotación de almendros y olivos situada en Coria del Río, Sevilla. Desde la fase de diseño de la explotación ya se tuvo en cuenta la implementación de un sistema de riego inteligente y la instalación de sondas de humedad para conocer las necesidades hídricas exactas del cultivo. Gracias a esta tecnología, se puede ajustar el riego en función de las condiciones climáticas y las necesidades específicas de los árboles.
El resultado de esta estrategia es impresionante –comenta Nicolás–: tras cinco años de trabajo en esta línea, los árboles tienen un crecimiento sano y una producción óptima.
El resultado de esta estrategia es impresionante –comenta Nicolás–: tras cinco años de trabajo en esta línea, los árboles tienen un crecimiento sano y una producción óptima. Además, se ha conseguido reducir significativamente el consumo de agua en sus explotaciones gracias a estas tecnologías, lo que ha tenido un impacto positivo en el medio ambiente y en su rentabilidad.
Es un ejemplo de cómo la tecnología puede ser una herramienta valiosa para la gestión del agua en la agricultura. Las sondas de humedad son una solución sencilla, pero efectiva, que permite conocer las necesidades hídricas exactas de los cultivos. La información proporcionada sobre el contenido de humedad del suelo le permite ajustar el riego y garantizar que cada árbol recibe la cantidad de agua que necesita, además de contribuir a un uso más eficiente y sostenible del agua. Al evitar un uso excesivo del agua, se reduce la presión sobre los recursos hídricos y se previene la degradación del suelo y la contaminación de las aguas subterráneas.
El uso eficiente del agua es un factor clave para garantizar la sostenibilidad de la agricultura, especialmente en una región como Andalucía, donde los recursos hídricos son limitados. Además, el uso de tecnologías sostenibles también puede aumentar la calidad y la cantidad de los productos, lo que a su vez puede tener un impacto positivo en los ingresos del agricultor y el impacto de su actividad en el planeta.
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