En nuestro Servicio Agronómico, desde hace años venimos siguiendo los ataques de insectos como el taladro, la rosquilla, el gusano de alambre y otros. Cada vez que detectamos la presencia de alguno de estos en una zona, enviamos un aviso con una recomendación a todos los agricultores que figuran en nuestra base de datos, permitiéndoles una respuesta rápida que puede ser vital.
El taladro, por su efecto devastador sobre las cosechas, es objeto de un control mucho más exhaustivo. Mediante un programa de seguimiento específico, basado en una extensa red de trampas colocadas en las zonas de mayor incidencia de esta plaga, conocemos cada campaña el volumen de insectos activos, lo que nos permite poder anticipar el nivel de la amenaza que estos suponen para las cosechas y las consiguientes medidas a tomar para minimizar su impacto.