El envejecimiento de la población en las zonas rurales y la progresiva pérdida de habitantes en los pueblos más pequeños en favor de las zonas urbanas se han convertido en uno de los principales retos de las administraciones a la hora de garantizar un relevo generacional que asegure el futuro del territorio.
Desde Corteva Agriscience, y de la mano de Alianza por una Agricultura Sostenible (ALAS), formada ASAJA, UPA y COAG, Cooperativas Agro-alimentarias de España, la Federación Española de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas Vivas (FEPEX) y la Asociación Española de Agricultura de Conservación/Suelos Vivos (AEAC.SV), conscientes de esta problemática, en enero pusimos en marcha el Programa Puebla para frenar el despoblamiento y frenar el éxodo de los jóvenes.
Una iniciativa que ha sido posible gracias a vosotros, los agricultores que habéis contribuido a la financiación de este programa, a través de la compra de nuestras semillas de girasol Pioneer® en la campaña 2021. Habéis confiado en nosotros y así estáis contribuyendo así a que el relevo generacional sea una realidad.
Seis ejemplos de ilusión y esfuerzo
La iniciativa alcanzó un gran éxito en nuestro país, tanto es así que hemos registrado 35 candidaturas en todo el territorio nacional en su primera edición, lo que pone de relieve la necesidad de apoyo que este colectivo necesita de grandes empresas e instituciones del sector.
Y puesto que todo esfuerzo merece una recompensa, desde Corteva y ALAS hemos querido premiar a las ideas más innovadoras, aquellas que luchan contra la despoblación, fomentan la sostenibilidad y posibilitan la réplica del negocio. Y con orgullo hemos presentado a los ganadores de esta primera edición. Ellos son, Julián García Vega y María Sierra por Tierra de Pistachos, en Guadix (Granada). Una iniciativa de jóvenes que volvieron a sus raíces rurales innovando en su explotación con el cultivo del pistacho, con un reconocimiento de los agricultores en la zona al adaptar exitosamente variedades tardías al suelo y clima, mientras producen plantas jóvenes en vivero para suministrar al entorno.
Por otro lado, Miguel Ángel López García y Rubén Morán han recibido otro de los galardones por su proyecto Baltor, ubicado en Santa María de la Isla (León) y Riolobos (Cáceres). Se trata de dos jóvenes pilotos que han devuelto a sus familias el arraigo al campo y que combinan las nuevas tecnologías mediante el uso de drones con la aeronáutica. Ambos apuestan por el fomento de la agricultura precisión, demostrando en el gran impacto económico del uso de la digitalización.
Rafael Muñoz Rubio ha sido el encargado de recibir otro de los premios por su iniciativa Experiencia MIO1898, en Pozoblanco (Córdoba). Este veterinario diversifica diversos recursos de la ganadería extensiva, el olivar y agroturismo junto con un proyecto innovador que cierra el ciclo de producción de una variedad de cerdo ibérico 100%, en peligro de extinción, la variedad Torbiscal. Un proyecto que se encuadra en un ecosistema mediterráneo único que es la dehesa, para crear una marca propia llamada MIO1898, de elevado valor diferenciado.
Y en el norte de nuestro país, en Concejo de las Regueras (Asturias), Lucía Velasco puso en marcha Vaqueiras siglo XXI, dedicado al rescate de la tradición trashumante de más de cuatro siglos, que protege e impulsa la biodiversidad, con la creación de una red de mujeres ganaderas asturianas, cuya conexión se realiza mediante el uso de RR.SS. para el intercambio de todo tipo de información práctica en el desarrollo de su actividad ganadera en extensivo.
En las Islas, concretamente en Fasnia (Tenerife), Lydia Domínguez ha destacado por Aires del Apartadero, con el cultivo ecológico de mora y frambuesa a lo largo de más de 4.000 metros de extensión, un cultivo casi inédito hasta entonces en las Islas Canarias, acompañado de prácticas sostenibles con materiales biodegradables para su envasado. Con Aires del Apartadero, Lydia conecta la innovación de su actividad agrícola con la vida de las gentes de su entorno rural, de tal manera que acerca su municipio, Fasnia, a través de las visitas que organiza en su explotación con el fin de fomentar la alimentación saludable, el “slow life” y el respeto al medio ambiente.
Y, por último, Carolina Ramos (Lerma, Burgos) ha sido galardonada por su proyecto Innovación al servicio de una explotación familiar agraria. Esta joven agricultura perpetúa el legado agrario de sus antepasados. Y, gracias a su formación como ingeniera técnica agrícola, especializada en Calidad Alimentaria, ha adaptado el manejo de innovaciones como el uso de drones y otras herramientas propias de la agricultura de precisión, además del análisis de nuevas variedades vegetales, para aumentar la productividad y adaptar mejor sus cultivos a los efectos del cambio climático.
Jóvenes, emprendedoras y emprendedores, todos ellos valientes, son la semilla que el campo necesita para sobrevivir, y desde Corteva seguiremos trabajando para ayudarlos a crecer y contribuir a la subsistencia el entorno rural.