Todo el sector está involucrado en esta iniciativa, que cuenta con un presupuesto de 538.155,64 euros y con la cofinanciación en un 80% por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) de la Unión Europea y en un 20% por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) a través de la Dirección General de desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria (DGDRIFA), en el marco del Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014- 2020.
El trabajo desarrollado y el que se lleve a cabo hasta 2023 debería concretarse en lograr la primera certificación nacional de la producción sostenible de este cultivo. Lo que se busca con este certificado es incrementar su productividad, facilitar su adaptación y mejorar su resiliencia ante el previsible impacto del cambio climático, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero.
Menor dependencia energética
A falta de una medición consensuada, el valor que se fija para estas emisiones es incluso peor que el establecido por defecto “restando de esta forma competitividad al maíz español desde el punto de vista de la sostenibilidad”, comenta Antonio López-Perales, director de Calidad, Medio Ambiente y Sostenibilidad de Vertex Bioenergy, la productora líder de bioetanol en España y Francia. Este combustible reduce de manera significativa las emisiones de CO2 respecto de la gasolina, contribuyendo de esta forma a la mejora del medio ambiente. El maíz es una de las principales materias primas utilizadas para la producción de etanol como biocarburante.