Desde el pasado mes de septiembre, los precios de los cereales han experimentado un ascenso que ha sorprendido, no sólo a los agricultores, sino también a la industria y a quienes los comercializan como commoditie.
Desde el pasado mes de septiembre, los precios de los cereales han experimentado un ascenso que ha sorprendido, no sólo a los agricultores, sino también a la industria y a quienes los comercializan como commoditie.
En un año en el que la cosecha española ha obtenido excelentes rendimientos, (tanto en cereal de invierno como de verano) la lógica hubiera sido que el mercado marcara unos precios bajos; sin embargo, en una economía global hay que tener en cuenta otros factores que desestabilizan las operaciones mercantiles. Y al parecer, esto es lo que ha pasado.
El director de cultivos herbáceos en Cooperativas Agroalimentarias, Antonio Catón, afirma: “los precios de los cereales suelen ser planos, normales. Lo que ha ocurrido este año ha sido algo tan sencillo como que el aumento de la demanda está validando que los precios vayan al alza”. Todas las fuentes de información consultadas coinciden en que la fuerte demanda de cereales por parte de China es una de las causas principales de que los precios estén aumentando.
La Peste Porcina Africana ha afectado de forma importante a la producción de cerdo en el gigante asiático (de ahí que en 2020 las exportaciones de porcino español a China hayan alcanzado cotas extraordinarias), pero a tenor de las compras de cereal que está realizando el país, se está restableciendo a una velocidad mayor de la esperada.
Por su parte, el informe del pasado mes de diciembre de la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España, ACCOE, también hacía relación a la demanda china, aunque introducía otro factor más que también ha desestabilizado el mercado: “La salida en tromba al mercado por parte de China con compras masivas junto a que la realidad demostró que las previsiones de producción habían sido equivocadas en muchas partes del mundo, han provocado un rally alcista sin precedentes en los últimos años”.
De este modo, ACCOE considera que el fuerte incremento de la demanda china es importante, pero también añade que hay que tener en cuenta los informes de previsiones de cosecha y stocks que en los últimos meses han sido poco certeros y han colaborado a volver loco al mercado.
Una de las previsiones que han fallado ha sido las del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), que realiza mensualmente un documento denominado “World Agricultural Supply and Demand Estimates”, WASDE, (aunque en el sector se le conoce como informe USDA).
Dicho documento es un reporte mensual, público y gratuito, sobre las estimaciones mundiales de oferta y de demanda de cereales (trigo, arroz, cebada, maíz, sorgo y avena); semillas oleaginosas (soja, colza y palma); algodón, azúcar, carne, aves de corral, huevos y leche. Ofrece datos sobre existencias iniciales, importaciones, producción, consumo interno, exportaciones, existencias finales, precios, posibles respuestas de la oferta… En su inicio, su objetivo era orientar al sector agroalimentario estadounidense, pero finalmente, se ha convertido en un documento esencial para las commodities de todo el mundo, principalmente, porque es público y bastante fiable. De hecho, la elaboración mensual de cada informe se lleva a cabo bajo estrictas medidas de seguridad para evitar filtraciones de información que lleven a desestabilizar los mercados.
Por eso, junto a la sorprendente actitud acaparadora de China en los mercados, la escasa fiabilidad de los datos del USDA ha sido otro factor esencial en la inestabilidad de los precios de los cereales.
El mercado internacional de cereales se basa en diferentes cultivos, unos de invierno como cebada, trigo blando o el trigo duro, y otros de primavera o verano, como el maíz. Asimismo, las cosechas se van produciendo a lo largo del año en todo el mundo, en un momento en el hemisferio norte y en otro en el hemisferio sur. No obstante, los principales graneros del mundo son Estados Unidos, Brasil y Argentina, seguidos de otros países como Rusia y Ucrania (la Unión Europea es deficitaria en cereales y todos los años se ve obligada a importar).
Aunque en verano de 2020 los precios de los cereales de invierno comenzaron con bajas cotizaciones por la caída del consumo debido a la pandemia y a una cosecha récord en España, a partir de septiembre, en el momento en el que comenzaba la cosecha del maíz, el panorama de los precios cambió para casi todos los cereales.
Según ACCOE, desde último trimestre del año pasado, el maíz ha sido el gran protagonista de los mercados, experimentando unos precios altísimos que han pasado de los 178€/Tm en julio de 2020 a los 240€/Tm en enero de 2021.
Este ascenso influyó en el precio de la cebada, que comenzó la campaña en España, allá por mayo, con precios de 156€/Tm destino y en febrero de 2021 ya cotiza a 200€/Tm. Por su parte, el trigo blando ha seguido la estela del maíz, pasando de los 183€/Tm en verano a los 230€/Tm el pasado mes de enero; mientras que el trigo duro lleva más de un año de continuo ascenso, superando los 274€/Tm durante el primer mes de 2021.
“Los precios de los cereales son vasos comunicantes”, explica Antonio Catón de Cooperativas Agroalimentarias, “son la base de la alimentación en el mundo, destinada tanto al consumo animal como al humano”.
A pesar de las altas cifras de los cereales están siendo la sensación de los mercados agrarios en los últimos meses, una de las quejas más repetidas por los agricultores es que reciben por sus cosechas lo mismo que hace 30 años, es decir, que las cotizaciones de los cereales apenas han variado significativamente en las últimas décadas, mientras que sí lo han hecho los costes de producción.
Entonces, ¿por qué se siguen cultivando? Principalmente porque lo que más ha cambiado han sido los rendimientos de los cultivos. Por ejemplo, una mala campaña cerealística como la de 2019 en España, con 18 millones de toneladas recolectadas, es igual que una buena a inicios de los años 90.
En el momento de la elaboración de este artículo la tendencia del mercado sigue siendo mantenerse al alza, algo que también resulta inusual según los entendidos, ya que, hasta la fecha, no se habían dado situaciones donde la inestabilidad continuara durante tantos meses seguidos.
Desde ACCOE afirman que, en general, hay una tendencia de estabilidad en las cotizaciones alcanzadas en los últimos meses, aunque también concluyen que «quizás el mercado se esté tomando un respiro para lo que pueda venir después».