Por ello, continúa «con el amplio conocimiento que hemos adquirido acerca del cultivo, variedades, patrones, manejo, injertos, plagas y enfermedades más comunes, y la red de contactos que hemos construido; decidimos montar un pequeño vivero para autoabastecimiento y así poder abaratar costes derivados de las plantaciones y poder disponer de planta in situ, injertar en las condiciones idóneas y no depender de terceros«.
La experiencia del primer vivero para autoabastecimiento fue óptima, la planta cogió grosor rápido para el injerto, el porcentaje del prendimiento fue alto, recibiendo muy buena respuesta del estado de las plantas por compañeros del sector. «Además, despertamos gran curiosidad en los vecinos de la comarca y agricultores de fincas colindantes. Todo esto nos dejó un buen sabor de boca y se nos ocurrió una idea de negocio para poder rentabilizar la finca a corto, medio y largo plazo. Consideramos que montar un vivero de pistacho en una explotación agrícola de pistachos y regentado por especialistas de este cultivo, ayudaría a la zona norte de Granada a salir de la situación de emprobrecimiento y de éxodo rural en la que actualmente se encuentra«, destaca María Sierra. Así nació ‘Tierra de Pistachos’, que ya tiene incluso su propia cuenta en la red social Instagram llena de información divulgativa para cualquier seguidor interesado en el sector agroalimentario.
Razones para triunfar tienen muchas, ya que se trata de un cultivo alternativo al almendro, olivo o melocotonero, que son los que abundan en la zona. Los cultivos tradicionales se enfrentan a problemas como precios bajos o fluctuantes del producto, explotaciones antiguas muy difíciles de mecanizar o de rentabilizar con poco esfuerzo. Las plantaciones de pistacho conllevan apostar por un cultivo rentable y longevo. Además, al cambiar de cultivo e invertir en un proyecto semejante, las explotaciones agrícolas se modernizan, no solo por el cultivo alternativo, sino también por las nuevas instalaciones (uso de plantadora con GPS, riego enterrado, allanamiento de fincas para una fácil recolección del fruto) lo que asegurarían una mayor rentabilidad de la finca.
Ellos no sólo cultivan y comercializan la planta pistachera, sino que también asesoran acerca de este cultivo, cuyos primeros años de crecimiento son de crucial importancia para su éxito y productividad, y por supuesto animan a los agricultores de la zona a apostar por un cultivo alternativo. Ambos están seguros de que la época del monocultivo tiene los días contados y que la diversificación de los cultivos presenta nuevas oportunidades laborales en tierra y de actividad industrial, con nuevos puestos de trabajo; desde cuadrillas de injertadores, podadores especializados en el pistacho, técnicos agrícolas, hasta la comercialización de este rico fruto seco, o la elaboración de dulces o pastas de pistacho para usar en cremas o helados.