En el Valle de Los Pedroches, provincia de Córdoba, la tradición ganadera se ha mantenido intacta a lo largo de los años, siendo la profesión que mejor se ha adaptado al medio natural, acondicionando el terreno a través de los animales y eliminando el estrato de arbustos que predominaba en el monte mediterráneo para que se desarrollara lo que hoy es conocido como la dehesa de Los Pedroches, un ecosistema donde predomina la encina, siendo este el lugar más idóneo para la crianza del cerdo ibérico de bellota.
Es en la historia ganadera de Los Pedroches donde surge la marca MÍO1898 de Rafael Muñoz Rubio, un veterinario que ha querido continuar con la labor desarrollada por sus antepasados desde hace años, fusionando la experiencia como ganadero de su padre con la de su madre en el turismo rural. “La experiencia familiar es fundamental en el conocimiento de la ganadería, que es una cosa que no se aprende en los libros, sino que se transmite de generación en generación y que sin ella hubiera sido imposible poner en marcha este proyecto”, admite Muñoz.
MÍO es una evolución de la experiencia ganadera dentro de la familia de Rafael, con la que se ha convertido en uno de los 6 ganadores de Puebla, un programa creado por Corteva Agriscience y ALAS, con el que se hace un esfuerzo por demostrar la revalorización de los territorios rurales mediante programas como este.
Es precisamente en esta última generación de la familia ganadera de Rafael donde se ha procedido a dar un salto que implemente en la línea de trabajo al consumidor final, haciéndoles llegar de forma directa un producto de la más alta calidad sin necesidad de utilizar otros canales externos. “El objetivo del proyecto es quedarse con el valor añadido que hay en el producto y para esto ha sido necesario un esfuerzo de trabajo muy importante porque somos ganaderos sin formación empresarial, a lo que hay que sumar el ciclo de jamón de bellota, que es muy largo y costoso”.
No obstante, este no ha sido el único cambio que se ha producido, ya que “la innovación en este proyecto está en todas las partes del proceso, siendo la producción del lechón, la fase inicial de la cría de los lechones, donde más hemos innovado, ya que hemos querido ser un referente a nivel nacional e internacional en la cría y producción de animales libres de antibióticos, con un bienestar animal total durante todo el ciclo de su vida, sin trampa ni cartón. Aquí no hay certificados, aquí hay verdad y se puede visitar”.
Es en este punto donde surge la experiencia MÍO que invita al consumidor a pasar unos días viviendo en plena naturaleza, escuchar sus sonidos y pasear por los paisajes de la dehesa. “La experiencia MÍO es sumergirte dentro del corazón de la dehesa, del Valle de Los Pedroches, de los cortijos centenarios y vivir, conocer y saber qué es un cerdo de bellota de variedad Torbiscal, qué es una dehesa, cómo viven nuestras ovejas merinas y todas las particularidades que tenemos y que son muy desconocidas”, explica Rafael.
En esta experiencia los asistentes estarán alojados en un cortijo, realizarán visitas guiadas por la dehesa, conocerán el hábitat del cerdo ibérico de variedad Torbiscal y degustarán los productos de la marca, entre otras actividades. “Viven lo que realmente se vive en la comarca de Los Pedroches, una experiencia que, hasta la fecha, no ha defraudado a nadie”.
Además, esta experiencia es apta para cualquier edad, desde niños que pueden disfrutar con los cerdos, corderos y terneros corriendo por la dehesa, hasta las personas más mayores que disfrutan con la ganadería tradicional que conocieron en algún momento con sus antepasados. “Obviamente los amantes de la gastronomía, del cerdo ibérico, del jamón y la dehesa van a disfrutar más de esta experiencia”, admite Rafael.