La colza sigue siendo uno de los cultivos más rentables para la rotación del cereal junto con el girasol y es el segundo cultivo oleaginoso más extendido en España después de éste. Sin embargo, la asignatura pendiente sigue siendo su implantación en secano puesto que el cambio climático está haciendo que no siempre se consigan las condiciones de humedad y tempero adecuadas para su siembra en torno al mes de septiembre.
El trabajo en nuevas variedades más productivas y resistentes a los fitosanitarios utilizados en cultivos anteriores se revela como la clave para seguir desarrollando su crecimiento. Se trata además de un cultivo que no ha experimentado una gran alteración por la coyuntura económica derivada de la COVID, salvo en un descenso del consumo de biodiesel. La presente campaña se presenta como muy buena con previsión de mayores producciones y precios más altos.
Según los avances de cultivos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la superficie dedicada a este cultivo en España se mantendrá cerca de las 70.000 hectáreas, después de registrar un crecimiento significativo desde el año 2015, mientras que en Europa descendió el año pasado un 4,5% en superficie cultivada. Sin embargo, es en países como Francia y Alemania donde se sitúa como el aceite más consumido. En términos globales, los principales productores de colza son: Canadá, Unión Europea y China, seguidos muy de lejos por India y Australia.
En España, Castilla y León es la comunidad autónoma que destina una mayor superficie al cultivo de la colza seguida de Cataluña y Castilla-La Mancha. Esta campaña se presenta con muy buenas perspectivas. Según Adrián Jiménez Navas, del Servicio Agronómico de ACOR, cooperativa agrícola más importante de Castilla y León y referente en el sector de la colza, “Se espera una buena producción esta campaña tanto en cantidad como en calidad. Con un otoño que favoreció las siembras, la primavera suave y húmeda ha facilitado que el ciclo de floración haya sido largo y fructífero sin estrés por excesiva falta de humedad, pero si con algunas incidencias más o menos graves de heladas tardías”.
También en Castilla- La Mancha, donde sobre todo se da el cultivo de colza en secano se prevé una buena cosecha. Antonio Torres Pérez de ASAJA Castilla-La Mancha, subraya la importancia de que la colza “se encuentre en estado de roseta antes de los primeros hielos lo que esta campaña se ha conseguido suponiendo una alternativa de rotación importante a los cultivos mayoritarios”.
Según datos del MAPA, se aprecia en líneas generales una estabilidad en la superficie cultivada en nuestro país, pero un aumento de las producciones en aquellas regiones en las que el cultivo se ha adaptado bien con variedades cada vez más productivas y buenas condiciones medioambientales. Si analizamos los tres últimos años, en 2019, se destinaron a este cultivo 69.380 ha en toda España, en 2020 aumentaron a 71.834 ha, mientras que en 2021 la previsión vuelve en torno a los 68.300 ha. Respecto a las producciones, los datos provisionales que publica el Ministerio fijan en 201.083 t la producción de 2020 frente a las 144.100 t que se obtuvieron en 2019, lo que supone un incremento del 39,5%.
Pero el desarrollo y resultados de este cultivo no han sido iguales en todos los territorios:
La previsión de cultivo para 2021 en Castilla y León es de 30.780 ha mientras que en 2020 se contó con una superficie de 28.369 ha, y en 2019 se situó en las 22.308 ha. Esto representa un crecimiento en la actual campaña de un 8,5% con respecto a la anterior. En cuanto a las producciones obtenidas en Castilla y León en 2020 fue de entorno a las 88.000t frente a las 48.923t de la campaña anterior.
Otras comunidades autónomas como Andalucía, que se situaba hace pocos años como segunda comunidad productora, han experimentado, sin embargo, una clara evolución a la baja pasando de las 6.642 ha en 2019 a las 3.362 ha en 2021. Esto se debe principalmente a las dificultades para encontrar las condiciones de tempero adecuadas de las que hemos hablado anteriormente.
Respecto a los precios, la tendencia se muestra alcista, sobre todo este año que en general, muchos cultivos van a experimentar un crecimiento coyuntural. La colza es más rentable que otras opciones de rotación con un precio que ronda los 300-350 €/t. Las producciones oscilan entre los 2.000-3.000 kg/ha. En la actual campaña, las producciones se prevén mayores en muchas zonas de España y los precios podrán superar los 450€/t.
El consumo humano, asignatura pendiente para el mercado español
De la semilla de colza se extrae su aceite obteniendo un subproducto, las harinas de colza, muy apreciado como complemento de alimentación animal, también para la industria alimentaria y para la generación de biodiesel.
En España, su consumo es bajo y se exporta mayoritariamente. Su venta directa al consumidor sigue estando ensombrecida por la intoxicación que se produjo en los años 80 por una partida adulterada y que ocasionó una crisis de reputación del producto que ha llegado hasta la actualidad. Sin embargo, la realidad es que en los años 70 se logró obtener una semilla baja en ácido erúcico que la hacen apta para el consumo humano y es el segundo aceite en contenido de ácido oleico después del de oliva. Por ello, en países como Francia es el aceite más consumido.
“El aceite obtenido es un aceite con unas cualidades organolépticas y nutricionales muy destacables, comparables y en muchos casos superiores a las de otros aceites que se utilizan habitualmente en las industrias o en nuestros hogares”, asegura Jiménez Navas de ACOR. Es asignatura pendiente de este sector hacer ver estas buenas cualidades para que sea consumido con normalidad como así lo hacen nuestros países vecinos.
Por otra parte, Europa mantiene una gran dependencia de las importaciones de proteína vegetal sobre todo para la alimentación de su ganadería, por lo que “el cultivo de la colza es importante para abastecernos de esta materia”, asegura Torres Pérez de ASAJA Castilla-La Mancha. Las políticas europeas ya le dan en este sentido un pago acoplado de oleaginosas que se sitúa en los 40,16€/ha en la actual PAC.
Nuevas variedades más productivas, factor clave para el futuro de la colza
Uno de los puntos más importantes a la hora de evaluar este cultivo es el de los residuos de herbicidas que se hayan utilizado en los cultivos precedentes y para ello la clave está en la investigación en nuevas variedades que sean más resistentes y productivas.
Existen importantes avances en la materia como la gama de colza Pioneer de Corteva que se compone de híbridos que se clasifican como «00», caracterizados por un bajo contenido de glucosinolatos en la semilla, una mayor resistencia a los herbicidas y la ausencia de ácido erúcico en el aceite.
La evolución de la genética de las variedades ha aportado un salto cualitativo y cuantitativo muy importante desde la mejora en la dehiscencia, evitando pérdidas de producción en el campo, hasta el aumento de su productividad y contenido de grasa.
Todas estas mejoras facilitan que el cultivo sea considerado como de gran interés al tener unos márgenes de rentabilidad atractivos.