Poca gente sabe que detrás de la rubia apasionada que cada primavera inicia la “alzada” con sus 105 vacas de Asturiana de los Valles hay una madre entregada, una esposa enamorada, una exmilitar patriota y una influencer aguerrida. Todo eso es Lucía Velasco, del Concejo de las Regueras (Asturias), una de las pocas Vaqueiras siglo XXI que sobreviven a los tiempos combinando de forma instintiva (y con una naturalidad que ya quisieran para sí los grandes genios de la comunicación) la tradición trashumante de más de cuatro siglos de historia con las nuevas tecnologías.
Lucía es ganadera de raza, y su capacidad de movilización es digna de estudio. Si buscas información sobre ella encontrarás cientos de artículos hablando de sus proyectos de éxito y decenas de videos en directo desde lo que ella llama “el paraíso”, denunciando amenazas y acosos, luciendo camisetas en las que deja bien claro que no es caperucita roja ni la abuelita (en clara alusión a la caza del lobo), agradeciendo alguno de sus diez premios, participando en un congreso, llamando a la movilización por los elevados costes que está sufriendo el sector o haciendo tartas y chorizos. Rápidamente entiendes que es una defensora a ultranza de la tradición asturiana de los vaqueiros porque pertenece a esta estirpe y la sigue en su propio entorno porque está casada con otro vaqueiro de pro. Rápidamente entiendes que su auténtica motivación no es la comodidad económica, sino la defensa de los derechos de las mujeres en el ámbito rural, como antes de casarse lo fue en el militar. Y así concluyes que no es fácil detenerla porque es de esas personas que se crecen ante la adversidad… algo que posiblemente se identifica con algún gen vaqueiro desde tiempos inmemoriales y que explica que hayan sobrevivido a las críticas injustas de sus coetáneos. Críticas injustas por ignorancia más que por maldad… por lo menos en la mayoría de los casos.
Con todo ese material, con todo ese potencial, con toda esa motivación y con todas las herramientas que los nuevos tiempos le han dado solo era cuestión de tiempo que una mujer de armas tomar recurriera a WhatsApp para crear una red de contactos entre 15 mujeres que en poco tiempo se convirtió en un grupo de 140 y que en menos de un año constituyeron una asociación que sigue activa, viva y más reivindicativa que nunca: GANADERAS ASTURIANAS. Era 2018, un año que para Lucía supuso un punto de inflexión vital en lo profesional y en lo personal porque en poco tiempo pasó de ser la administradora de un grupo de amigas a tener más de 13.000 seguidores en Instagram y un alcance mediático de vértigo.