Las 5 tendencias que buscan cambiar la realidad de la agricultura

Las 5 tendencias que buscan cambiar la realidad de la agricultura

11.09.2024
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Artículo escrito por la periodista agroalimentaria y agricultora Raquel Sanz Vitón

  • La agricultura está condicionada por grandes retos que acompañan a los cambios en nuestra sociedad y que afectan y mucho a la producción de materias primas y su transformación para el consumo humano.
  • El aumento de la población mundial, el cambio climático, la degradación del suelo y pérdida de la biodiversidad, etc. aceleran la llegada de nuevas tendencias al campo

Los últimos cálculos de Naciones Unidas indican que la población mundial rondará los 9.700 millones de habitantes para 2050. Este crecimiento hará necesario un aumento de la producción de alimentos de entorno al 60%, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), pero deberá adaptarse a prácticas más inteligentes, eficientes y sostenibles.

La agricultura de los próximos años se enfrenta a retos como el cambio climático, la degradación del suelo y pérdida de la biodiversidad, la llegada de plagas más resistentes, el aumento de los costes y la necesidad de un mejor acceso a los alimentos. En una sociedad cada vez más consciente de las repercusiones de la actividad humana en el planeta es necesario encontrar el equilibrio.

Por ello, los esfuerzos en investigación y las nuevas tecnologías abren el camino a las tendencias que marcarán el futuro de la Agricultura y en este artículo vamos a exponer de qué se tratan.

1- Digitalización de la Agricultura

Una de las principales tendencias que están cambiando la realidad de la Agricultura es, sin duda, su digitalización. Ésta se basa en utilizar las nuevas tecnologías para aumentar la productividad, minimizar los riesgos y optimizar los recursos.

Para ello, los últimos avances en la materia promueven la utilización de drones, imágenes de satélite, sensores, sistemas innovadores de monitoreo, el conocido como Internet de las Cosas (IoT), robótica y automatización y, de manera muy novedosas, el uso de la Inteligencia Artificial (IA) que están marcando la diferencia con las prácticas tradicionales.

La tecnología proporciona al agricultor información mucho más precisa con datos en tiempo real sobre las condiciones ambientales, los cultivos e incluso la maquinaria que utilizan. A través del Big Data, la recopilación y análisis de datos y la aplicación de algoritmos se consigue una agricultura más precisa que pueda anticiparse a los problemas.

En este sentido, el director de la Cátedra Corteva en Agricultura Digital e Innovación Agroalimentaria de la Universidad de Sevilla, Manuel Pérez Ruiz, apunta a que “el mayor desafío al que nos enfrentamos como sector agrícola, no es solo la tecnología, sino también la necesidad de fomentar una mentalidad abierta. Es muy necesario que los agricultores y técnicos estén dispuestos a adoptar nuevas herramientas y enfoques para llegar a un ecosistema digital agrícola sostenible”.

Agricultores y diferentes agentes de la industria agroalimentaria intercambian cada vez mayor cantidad de información, por eso para Manuel Pérez “el avance más necesario es la estandarización de los datos” para poder “tomar decisiones informadas y basadas en principios de rentabilidad, sostenibilidad y cumplimiento normativo”.

dron Corteva
dron Corteva

2- Agricultura Regenerativa

La agricultura y ganaderías intensivas, la deforestación por la acción del hombre en los territorios y el cambio climático han provocado el deterioro del suelo, es ahí donde entra lo que se conoce como `Agricultura Regenerativa´ que es un enfoque basado en prácticas agrícolas más sostenibles que ayudan a regenerar los suelos y la biodiversidad.

Es una apuesta por una labranza menos agresiva, la apertura de pequeñas zanjas para la retención del agua, coberturas vegetales, cultivos que conviven con otras plantas y con el pastoreo, uso de abonos y compost más ecológicos o rotaciones y combinaciones de cultivos que se benefician mutuamente, entre otras acciones. Todo para aumentar la resiliencia de los agroecosistemas y luchar o mitigar las consecuencias del cambio climático.

Extensiones de almendros entre cuyas hileras se plantan aromáticas, sirven de ejemplo de estas prácticas. De esta manera, se atraen más polinizadores lo que además ayuda a mejorar la producción de almendra.

Un suelo más sano, con un buen equilibrio de minerales, microbiota y materia orgánica, es una planta sana y tiene además una mayor capacidad de absorción y retención de gases de efecto invernadero.

3- Agricultura de precisión

A través de datos e imágenes se monitoriza el cultivo en tiempo real y se evalúa su estado, los factores climáticos, el suelo, etc. Se puede medir la necesidad hídrica y hacer un uso más sostenible del agua, detectar de manera temprana la llegada de plagas y enfermedades o incluso hacer predicción de cosechas.

Por ejemplo, hay maquinaria agrícola que con un sistema de reconocimiento de imágenes es capaz de distinguir el cultivo de la maleza y permitir así la aplicación de fertilizantes, tratamientos o productos de protección de forma precisa. Se optimiza así el uso de los productos y se avanza en la protección de las plantas.

4- Economía circular

La Agricultura Circular se basa en buscar un equilibrio en tres ámbitos: económico, social y medioambiental y su clave está relacionada con las 3R: Reducir, Reciclar y Reutilizar.

La economía circular en la Agricultura busca reducir residuos y gastos reciclando y reutilizando los restos de los cultivos producidos y convirtiéndolos en la medida de lo posible en algo de utilidad que realimente otros procesos o producciones y suponga un ahorro de agua y energía.

En la actualidad hay muchos ejemplos que ilustran esta tendencia. Por ejemplo, los desechos de las aceitunas, principalmente su hueso, puede utilizarse como sustitutivo del plástico para la producción de muebles, juguetes, césped artificial, etc, pero también los subproductos de la industria del aceite de oliva se emplean para fabricar cosmética o incluso energía.

Existe además un consumidor creciente que busca saber de dónde proceden y cómo se elaboran los alimentos que consumen o incluso opta por la agricultura ecológica.

5- Biotecnología y edición genética

Según el informe anual de la FAO de 2023, las plagas y enfermedades generan alrededor de un 40% de pérdidas anuales en productividad de las cosechas a nivel mundial.

En un contexto tan difícil y cambiante, una de las tendencias más importantes que marcará el futuro de la Agricultura es la de la Biotecnología. Las técnicas de edición genética mejoran las plantas al introducir cambios específicos en su ADN, se utilizan para crear cultivos más resistentes a plagas, sequía, y que requieran menos fertilizantes químicos y pesticidas. También pueden contribuir a reducir el desperdicio alimentario gracias a productos vegetales con mayor vida útil o con capacidad de producir alimentos con un perfil nutricional mejorado.

Actualmente el Parlamento Europeo está en fase de negociación con los Gobiernos de una nueva normativa, propuesta por la Comisión Europea en julio de 2023, sobre plantas producidas mediante las nuevas técnicas genómicas (NTG). Con ellas, no se utiliza material genético extraño de una especie que no pueda cruzarse de forma natural, pero sin embargo, no pueden utilizarse en la producción ecológica y sus semillas tendrían que estar claramente etiquetadas.

Con estas cinco tendencias se cambiará la realidad de la agricultura, sin embargo, para su buena implementación es necesario avanzar en algunos aspectos. Mejorar las competencias de los agricultores, fomentar el relevo generacional, encontrar la correcta relación beneficio-coste, especialmente para los pequeños agricultores, solucionar la falta de conectividad de algunas zonas rurales y la lucha contra el cambio climático.

El agricultor del futuro deberá ser un “Agrónomo 360”, un profesional que “no sólo deberá tener un profundo conocimiento técnico y científico, sino también habilidades en gestión, tecnología de la información, y sostenibilidad ambiental”, asegura el catedrático Manuel Pérez.

La inversión inicial para implementar estas nuevas tendencias es, en algunos casos, elevada y algunas prácticas, como la agricultura regenerativa, implican una pérdida de productividad inicial hasta que se consiguen los resultados.

Por tanto, explica Pérez, “no sólo se trata de que la tecnología necesaria esté disponible (reducción de la brecha digital), sino de incorporar la tecnología a la cotidianeidad de las labores a desarrollar en el sector agroalimentario, forestal y el medio rural (reducción de la brecha de adopción)”.

La Unión Europea (UE) es uno de los mayores productores de alimentos a nivel mundial y su influencia es clave. Por lo tanto, una política agrícola europea adaptada a los nuevos retos y a un desarrollo tecnológico más sostenible harán que la Agricultura del futuro de un paso adelante.

La Firma Invitada

Raquel Sanz Vitón

Raquel Sanz Vitón

Periodista Agroalimentaria

CortevaTalks

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