La campaña actual del olivar marca un punto de inflexión en el sector. Tras una campaña complicada en 2023, marcada por la sequía y una disminución drástica en la producción, el olivar en Andalucía ha experimentado un resurgir en 2024.
Las condiciones climáticas favorables, especialmente las lluvias primaverales y otoñales, sumadas a un verano donde las temperaturas no han sido por lo general exageradamente altas, han permitido a los agricultores recuperarse y proyectar una producción de 1,2 millones de toneladas de aceite de oliva, un aumento del 76,6% en comparación con el año anterior.
Este incremento se ha notado especialmente en Jaén, la principal provincia productora, que ha logrado más del doble de su producción de 2023 con 445.000 toneladas de aceite de oliva. Sin embargo, no todas las provincias han corrido la misma suerte. En zonas como Almería y Huelva, la persistente sequía ha impedido una recuperación completa, con caídas en la producción que demuestran la variabilidad climática de la región.
A pesar de la mejora en la producción, los precios del aceite de oliva continúan en niveles altos. En septiembre de 2024, el aceite de oliva virgen extra alcanzó un precio medio de 7,46 €/kg, una leve reducción en comparación con los precios récord del año anterior, pero aún considerablemente por encima de los niveles históricos. Este fenómeno se debe a la escasez en la oferta acumulada desde la campaña de 2023 y a la alta demanda en los mercados globales, que mantienen los precios elevados.
El mercado internacional también ha jugado un rol crucial en la presión sobre los precios. Andalucía sigue siendo el líder en exportaciones, representando el 68% del aceite de oliva que se exporta desde España. Mercados clave como Estados Unidos e Italia han absorbido buena parte de la producción, lo que ha dificultado un descenso más rápido de los precios. Este contexto de mercado obliga a los agricultores a mantener una estrategia de producción eficiente, especialmente cuando las fluctuaciones en los precios continúan afectando tanto la oferta como la demanda.
El olivar ecológico ha experimentado un auge sin precedentes en 2024. Se estima que la producción de aceite de oliva ecológico en Andalucía alcanzará las 29.230 toneladas, lo que representa un incremento del 48,8% respecto al año anterior. Este crecimiento está impulsado por una demanda cada vez mayor de productos sostenibles y de alta calidad, tanto en el mercado nacional como en el internacional.
La expansión del olivar ecológico en Andalucía, que ahora cubre más de 134.000 hectáreas, refleja no solo un cambio en las preferencias del consumidor, sino también un compromiso por parte de los agricultores con la sostenibilidad. Las explotaciones ecológicas, a pesar de requerir un manejo más riguroso en términos de insumos y certificación, están demostrando ser una vía viable para mejorar la rentabilidad y reducir el impacto medioambiental del cultivo. Esta tendencia está alineada con los esfuerzos globales para combatir el cambio climático y asegurar prácticas agrícolas más responsables.
La tecnología es otro de los factores que también está jugando un papel decisivo en la transformación del sector olivarero, especialmente en un contexto marcado por la incertidumbre climática y la necesidad de aumentar la eficiencia.
Plataformas digitales como Granular Link de Corteva están a la vanguardia de esta revolución, ofreciendo a los agricultores herramientas para gestionar sus explotaciones de manera más eficiente y precisa.
Granular Link permite a los agricultores monitorizar sus campos en tiempo real mediante imágenes satelitales de alta resolución y análisis predictivos. Con estas herramientas, es posible ajustar el riego, fertilización y control de plagas de manera precisa, lo que se traduce en una optimización de recursos y una mayor sostenibilidad. En la campaña de 2024, estas soluciones digitales han sido fundamentales para los olivareros que buscan maximizar su rendimiento en un entorno de recursos limitados.
Además de la digitalización, Corteva también ofrece un portafolio robusto de productos de protección de cultivos que están alineados con las nuevas formas de gestionar las explotaciones. Estos productos, diseñados para ser compatibles con prácticas agrícolas de precisión, permiten un uso más eficiente de pesticidas y fertilizantes, minimizando el impacto ambiental y mejorando la salud del suelo.
La adopción de tecnología combinada con el uso de soluciones de protección de cultivos innovadoras como las que ofrece Corteva, está permitiendo a los agricultores enfrentar los desafíos del futuro de manera más resiliente, asegurando tanto la rentabilidad como la sostenibilidad a largo plazo.
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