Introducción
El nitrógeno (N) es un nutriente que se pierde fácilmente en el suelo con precipitaciones fuertes y en suelos estancados o saturados de forma prolongada. En la primavera de 2008, estas condiciones produjeron pérdidas severas de nitrógeno en varias zonas de Norteamérica. Debido al elevado coste de los fertilizantes nitrogenados, los agricultores se están planteando otras formas para reducir sus pérdidas y optimizar los imputs en este importante gasto del cultivo. Este Crop Insights abordará las diferentes formas en que los agricultores pueden gestionar sus inversiones en soluciones nitrogenadas.
Recomendaciones sobre la tasa de nitrógeno
Todas las campañas, los productores de maíz deben decidir la cantidad correcta de nitrógeno que van a aplicar. Recientemente el aumento de los precios del nitrógeno y de los rendimientos del maíz han impulsado a los especialistas en abonado de cultivos extensivos de a volver a examinar sus recomendaciones para este nutriente. Han surgido nuevas recomendaciones y se han desarrollado calculadoras de la tasa de nitrógeno que se basan en los estudios más recientes de respuesta al nitrógeno, en sus costes, en los precios de la materia prima y, en algunos casos, en los rendimientos de grano. Las investigaciones han demostrado que el rendimiento, por sí solo, no es una forma precisa de estimar las necesidades de nitrógeno. En consecuencia, especificar un objetivo de rendimiento ya no forma parte del método de determinación de la tasa de nitrógeno en muchas zonas.
Recursos en Investigación para determinar la tasa de nitrógeno (para varios estados de la zona centro-oeste).
Tal y como indica la lista anterior, las universidades todavía difieren en los métodos que utilizan para recomendar aportes de nitrógeno. Se anima a los productores para que sigan las recomendaciones o, al menos, vuelvan a examinar sus decisiones sobre la cantidad de nitrógeno a aportar en base a los costes actualizados del nitrógeno, al precio del grano, a las expectativas de rendimiento, etc. El tipo de suelo, el contenido en materia orgánica, el cultivo anterior, las aplicaciones de abono y otros factores también deben considerarse en el cálculo de la cantidad a aportar. La investigación local y la experiencia en campo también deberían considerarse en esta importante decisión.
Plazos del nitrógeno
Las plantas utilizan el nitrógeno de forma más eficiente si se aplica lo más cerca posible al momento de absorción del cultivo. Esto podría incluir, idealmente, varias aplicaciones de nitrógeno durante los estadíos de crecimiento.
Sin embargo, en muchas zonas, la aplicación en fondo previa a la siembra es una opción viable como herramienta de gestión de los plazos. Las aplicaciones invernales son adecuadas si los suelos tienen texturas finas y la temperatura media del suelo es inferior a 10 ºC durante una semana o más y se espera que continúe siendo fría. El amoníaco anhidro es la única fuente de nitrógeno que debe aplicarse en fondo anticipado (porque, en principio, no es lixiviable). Con una aplicación previa a la siembra tanto en otoño como en primavera, los inhibidores de nitrificación como N-Serve® y la diciandiamida (DCD), pueden ayudar a reducir el potencial de pérdidas de nitrógeno por lixiviación o desnitrificación.
La aplicación de nitrógeno en cobertera permite un uso más eficiente ya que el productor aplica el nitrógeno cerca del momento de máxima absorción del maíz. Todos los fertilizantes de nitrógeno habituales se pueden utilizar para la fertilización de cobertera. El Dr. Fabian Fernández, de la Universidad de Illinois clasifica las diferentes soluciones nitrogenadas de más aptas a menos según la siguiente relación (Fernández, 2008):
1. El amoníaco anhidro inyectado o la solución nitrato de amonio ureíco entre líneas.
2. La distribución de fertilizantes sólidos ricos en amonio, como nitrato de amonio o sulfato de amonio.
3. La distribución de urea.
4. El goteo de solución nitrato de amonio ureíco entre líneas.
5. La distribución de solución nitrato de amonio ureíco.
En caso se aplicaciones superficiales, el fertilizante puede incorporarse mediante lluvia o riego para posicionar el nitrógeno en la zona radicular. Con aplicaciones inyectadas, se recomiendan aplicaciones entre líneas para reducir el potencial de daño. No hay ninguna ventaja en aplicar el nitrógeno cerca de la línea. También es posible aplicar el nitrógeno en cada línea sin que afecte negativamente al rendimiento, ya que cada lineo dispondrá de nitrógeno aplicado a uno y otro lado.