Cosechando Maíz Caído
¿Campos Tumbados o en Pie para cosechar Primero?
- En la mayoría de las situaciones, es mejor cosechar los campos o las áreas de campo caídos antes que los campos en pie. Sin embargo, esta estrategia debe evaluarse caso por caso.
- Si el maíz de mejor calidad está listo para la cosecha, puede ser más efi ciente y rentable en algunos casos cosecharlo primero, antes de que se incremente el número de plantas caídas.
- En algunos casos, el maíz caído puede tener una ventana de tiempo más limitada durante el día cuando se puede cosechar efi cazmente, cuando los tallos y las hojas están lo sufi cientemente secos para alimentar bien el corte de la cosechadora, pero no tan secos que se rompan y se amontonen en el corte. En estos casos, la alternancia entre la cosecha de maíz tumbado y la de maíz en pie puede ser favorable.
Velocidad y dirección
- Para recoger y salvar más mazorcas de las plantas tumbadas, se requieren velocidades de avance más lentas de lo normal.
- Bajo condiciones severas de caída del tallo, cosechar en contra de la dirección de la caída es generalmente una ventaja.
- Si el cultivo o las mazorcas están entre 20 – 25 cm o más por encima del nivel del suelo, entonces es probable que se sequen hasta cierto punto y que el maíz se pueda cosechar con un cabezal de maíz de bajo perfi l.
- Si el cultivo o las mazorcas están a 15 cm o menos del nivel del suelo, entonces es probable que el maíz no se seque y se necesite un molinete montado en un cabezal de maíz para cosechar el cultivo.
- Algunos campos pueden tumbarse aún más a medida que pasa el tiempo, especialmente si está presente una enfermedad de pudrición del tallo como la antracnosis. Vigile estos campos de cerca.
Autor: Mark Jeschke
Lo anterior se proporciona únicamente para uso informativo. Póngase
en contacto con su profesional de ventas de Pioneer para obtener información y sugerencias específi cas para su operación. El rendimiento del producto es variable y depende de muchos factores, como el
estrés por humedad y calor, el tipo de suelo, las prácticas de manejo
y el estrés ambiental, así como las presiones de enfermedades y
plagas. Los resultados individuales pueden variar.